Corrijamos errores y miremos hacia adelante

domingo, 15 de noviembre de 2009

Mucho se ha dicho y escrito sobre el desalojo a los comerciantes informales de El Progreso. Sí, informales. Que no se tuvo las garantías del caso para entrar y hacer el trabajo coactivo, es cierto. Que pudo haber ocurrido una desgracia, que felizmente no sucedió, también, y eso es criticable. Sin embargo, estemos de acuerdo o no, los ambulantes que ocupaban calles y veredas públicas durante 30 años, tenían que salir tarde o temprano.
Los informales de El Progreso se habían enquistado en el lugar y habían hecho de la zona una guarida de delincuentes, un botadero de basura y generado un caos en el transporte. Parecía que esa situación nunca iba a desaparecer, que estábamos condenados a vivir en medio del desorden y la vergüenza nacional, ya que ninguna autoridad puso el ojo en ese lugar.
Estos comerciantes estaban trabajando en la ilegalidad y nunca se preocuparon por ser formales, por conseguir un lugar limpio y decente donde vender, siempre supieron que cualquier momento los sacarían y nunca les importó. Aunque muy corto, se les dio un plazo para desocupar pacíficamente.
Esta columna, no pretende ‘sobonear’ la gestión de la alcaldesa Espinoza. No he recibido la rumoreada “bolsa” para escribir a favor del desalojo, como se dice que habrían recibido algunos sujetos que dizque se hacen llamar periodistas y que hacen tanto daño y sobre todo manchan a esta noble profesión.
Creemos que las cosas tampoco debieron ser así. No se llevaron correctamente. La Municipalidad jugó con fuego y sucio, al contratar forajidos y lanzar bombas por doquier en medio de inocentes criaturas que pudieron morir asfixiados; pero sobre todo la comuna provincial debió esperarse hasta el próximo año y dejar que los comerciantes por lo menos cierren el 2009 con buenas ventas.
Si ya se había aguantado 30 años, por qué no esperar un par de meses más. El inicio de las obras y el financiamiento pudo darse el 2010. Esto es algo que se pregunta la gente, sobre todo las amas de casa, quienes han llamado de insensible a Espinoza al recibir las quejas de sus caseros.
Por qué no se dio un lugar con las debidas condiciones a estos minoristas informales, que son alrededor de cuatro mil, más que los mayoristas que solo llegan a un poco más de 200. Es por ello que, no hay que ser adivinos para pronosticar que el tan mentado Mercado Mayorista en “Tres Estrellas” se convertirá en un ‘elefante blanco’.
Se sabe, que los pequeños y micro negociantes son los que mueven la economía en el país, pero nadie apuesta por ellos. A los comerciantes minoristas, simplemente, todo este tiempo se les dijo: al fondo hay sitio.
Se gastó alrededor de 100 mil nuevos soles en este desalojo, cuando, ese dinero pudo ahorrarse o invertirse en mejorarles el terreno a los minoristas. Estos no quisieron irse a “Tres Estrellas” y decidieron comprar terrenos en el pueblo joven Dos de Mayo, donde el ayuntamiento sigue dándoles la espalda, al negarse en darles el cambio de uso de terreno agrícola a comercial.
La Municipalidad no ha reparado que en “Dos de Mayo” y en “La Perla”, zonas donde han ido a parar los informales desalojados, muy pronto se convertirán en copias fieles de lo que fue la zona de El Progreso y otra vez la basura y el caos reinarán. Solo se han mudado a otro vecindario. Sin duda, otra crisis que se asoma. Consecuencias de una mala visión e improvisada planificación que tendrán que remediar lo más pronto posible para que no haya más paradas vergonzantes.
De otro lado, los “desterrados” de Vicky tienen que entender que tenían que salir sí o sí, que estaban trabajando bajo la ilegalidad y el desgobierno. Que si bien, una ciudad no alcanza el desarrollo a punta de obras de fierro y cemento, era necesario darle, por fin, un rostro diferente a la ciudad.
Por su parte, el papel que le toca al concejo provincial es apoyar a que no se siga generando el desorden y la alta tasa de informalidad en Chimbote. Que no se olviden de las amas de casa, del índice de precios de la canasta básica familiar y de propiciar en la reactivación de los mercados de barrio, facilitándoles los servicios básicos o el cambio de uso en sus terrenos, como es el caso de los comerciantes de “Dos de Mayo” que esperan ser atendidos.
Finalmente, los vendedores de “La Perla” deberán ser reubicados, al más breve plazo, en otro lugar por ser ésta una zona declarada intangible por el Tribunal Constitucional. Evidentemente, es hora de corregir errores, voltear la página y mirar el presente para proyectarnos al futuro, sin malos entendidos y con el solo ánimo de hacer las cosas bien.


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